EL NIDO VACIO
No llores mamá!,….. Tengo que irme, aquí no hay nada para mí, no puedo más, el tiempo pasa y nada ha cambiado.
Con el corazón desecho lo ayudó a empacar su equipaje, sabía que era lo mejor, pues era preferible dejarlo partir que ver como se consumían día a día sus ilusiones.
Uno a uno se fueron yendo, tan solo quedaban los más pequeños, ya lo sabía……. así tenía que ser, es la ley de la vida pensó.
Con profundo dolor los vio marcharse,………….. Con el corazón partido y las ilusiones rotas, en busca de mejores horizontes.
Dicen que hay dos tipos de exilios, el voluntario y el que es obligado.
En el primero, no se sufre, vas lleno de ilusión y alegría, pues sabes que si no resulta puedes volver. En el segundo, la incertidumbre te acompaña, el temor al fracaso te invade y esa horrible sensación de saber que no hay marcha atrás.
Mientras, es tiempo hacer limpieza en la casa, sacar toda la mugre que se ha acumulado, erradicar las ratas y cucarachas que la han invadido. No será fácil, llevará tiempo, pero una vez terminada la tarea, ellos regresaran de nuevo al nido, sabedores de que no hay lugar como su hogar,
En silencio lo ve partir, no es un adiós, sino hasta pronto.- regresa hijo,…….. Que aquí te estaré esperando.
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